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El valor económico de la
educación |
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Parece ser éste un tema de controversias, pero sin embargo al
final los hechos hablan por sí solos.
No es una falacia afirmar que los individuos a medida que tienen
más edad, y por tanto más experiencia, su retribución es
superior. Tampoco es falacia añadir que adquirir mayor
educación, sea del tipo que sea, tiene una repercusión positiva
y ascendente en cuanto a la retribución recibida.
En una cadena educacional, en general, las personas sin
educación reciben una retribución menor que la de los
graduados, éstos menor que la de los bachiller y éstos menor
que la de los universitarios. No quiere decir, por supuesto, que
no haya graduados que ganen más que los universitarios porque
desde luego los hay, pero la tendencia general es inconfundible.
Diversos puntos de vista y autores se plantean una pregunta
bastante ambigua: ¿Por qué el empresario paga más a las
personas con más estudios? Se han intentado dar tres visiones o
explicaciones al respecto: a) explicación económica; b)
explicación sociológica; c) explicación psicológica.
La explicación económica indica que las personas con más
educación o estudios son más productivas. Dicha afirmación es
compleja de desmembrar y no me pararé a ella pero,
probablemente, una empresa que cuenta con una plantilla de
empleados y dirigentes con un grado de educación más
desarrollado, puede estar más preparada ante inesperadas
controversias o situaciones cambiantes en las que el personal
tenga la capacidad de ser flexible con su iniciativa y
conocimiento. La fuente o bibliografía que estoy empleando
afirma que dadas dos empresas con los mismos equipos, medios,
etc. aquella que posea un personal más cualificado acabará
siendo más productiva, es decir su output final (su resultado
tras el proceso empresarial) tendrá diferencias ya sea en
costes, calidad u otro aspecto (todo en líneas generales). La
explicación parece lógica pero, sin embargo, hay que añadir
que económicamente la productividad va estrechamente ligada o es
equivalente al concepto de "escasez". Parece claro que
en determinadas ocupaciones es necesaria la formación (pensemos
su aerodinámica, ingeniería, medicina, etc.) y como dice la
fuente de este artículo: "cuando hay menos ingenieros que
lavaplatos, esto tiene tanto que ver con su mejor retribución
como con la mayor demanda de ingenieros".
Sociológicamente, la explicación se puede orientar, en un
principio, desde una posición jerárquica: la línea de una
empresa que requiere responsabilidad está formada por personas
con estudios y esto está directamente relacionado con el porqué
de su mayor retribución. Pero, ¿por qué está formada esta
línea por gente formada intelectualmente? Quizás porque ellos
han sido preparados para ello (para formar la responsabilidad de
la empresa). La enseñanza primaria enseña e inculca actividades
o cualidades tales como la lectura, la escritura, la puntualidad,
la obediencia; en la enseñanza media se tratan aspectos como la
iniciativa o la confianza en sí mismo; más tarde en la
enseñanza superior se adquieren experiencias en cuanto a la
autodependencia, a la capacidad de dirigir proyectos o, lo que es
más importante, a personas. Quizás la vida estudiantil ya sea
un preludio a la vida laboral y allí donde se quede estancado un
individuo sus posibilidades (siempre en general) quedan limitadas
o marcadas.
Esto último puede enlazar con el último aspecto: el
psicológico. El texto utilizado me habla de un "filtro de
selección" del que se sirven las empresas a costa de la
educación. Se refiere al hecho de que para un empresario los
costes de selección serían mayores si empleara un amplio
programa de formación y selección. Para evitar esto , las
titulaciones son como un pasaporte para ocupar los determinados
puestos en las empresas. Los empresarios a la hora de seleccionar
a personas con cargos de responsabilidad (que conlleva una
retribución mayor) prefieren hacerlo en personas cualificadas
personalmente. Desde mi punto de vista esta última explicación
puede acarrear problemas, en cuanto a la verdadera valía
personal, ya que se disfrazan en títulos cualidades que a veces
no reflejan la realidad.
Entrando un poco en subjetivismo no estoy de acuerdo con la
postura adoptada por gran parte de la sociedad que está
empeñada en decir que la educación, al ser cada vez más
universal, no sirve para nada. Creo que lo que no sirve para nada
es creer que la educación sólo es efectiva cuando la poseen
unos pocos. Un país cuanto mayor potencial intelectual tenga,
mayor capacidad tendrá en todos sus aspectos: la iniciativa, la
capacidad de resolver, la confianza en sí mismo es lo que
verdaderamente genera la inversión, con lo que ésta conlleva.
Este artículo sin pretender ser un informe económico riguroso
(porque no lo puede ser) sólo trata de plantear un rato de
reflexión y pensamiento.
Alberto Rojo
Bibliografía:
Cuadernos de Economía.
Autor: M. Blaug
Vol. 2 Nº 5 1974
Publicación del centro de estudios económicos y sociales de
C.S.I.C en colaboración con el departamento de teoría
económica de la Universidad de Barcelona.
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