Hoy llora mi corazón
llueven lágrimas de hiel
que escurren entre sus hojas,
del viejo rosal, secas rosas.
De niño me llega
aquel quejido del viento
aquel son de plañidera
aquel recuerdo del niño
de un niño que desespera.
Y se me ahogó la voz
fui muriendo en mi jardín
ya no podía llorar
y llegué hasta caer, de rodillas en el mar.
Y tras mis enojos llovía,
juega la noche, con mi agonía
el viento ha de traerla
y de sus ojitos brotan, lágrimas blancas, de perla.
Y entre las perlas encuentra
del viejo rosal, secas rosas
y una perla que lloraba, con el susurro del mar
aquella perlita era el niño que no podía llorar.
¡Ay, noche, no te atormentes más!
¡Ay luna que entre sollozos,
entre sollozos te vas a ahogar!
¡Y la luna fue a caer, de rodillas en el mar!
J. I. B.
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HERÁLDICA DE HITA.
Antonio Herrera Casado (Cronista provincial). Ed. AACHE. 1990. Guadalajara
Este libro pertenece a una colección dedicada al estudio de los emblemas de toda la
provincia. Trata de rescatar su significado y hacer hincapié en la importancia de su
conservación.
Consta de una introducción histórica y de un Catálogo de los Escudos de Armas de la
Villa, que contiene un estudio particular de cada escudo.
Según el autor, el buen número de emblemas (44) bien conservados, tallados casi todos en
lápidas mortuorias y localizadas actualmente en la Iglesia de San Juan, es lo que ha
hecho posible este libro sobre Heráldica de Hita.
De su estudio se deduce la existencia de una primera familia noble a la que perteneció
esta villa tras la Reconquista: la familia de los Hita, a la que sucedió la poderosa
familia alavesa de los Mendoza. Esta familia debió traer vasallos de sus tierras, como lo
demuestra el gran número de apellidos vasco-navarros y montañeses encontrados.
Todos los emblemas existentes demuestran la gran abundancia de familias nobles en Hita
hasta finales del siglo XVI.
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DESDE EL PALOMAR DE HITA.
Camilo José Cela. Ed. Plaza y Janés 1991
En el mes de febrero pasado, salió a la venta el primer libro publicado por Camilo José
Cela, tras haber recibido el premio Nóbel de Literatura, publicado por editoriales PLAZA Y
JANÉS, que lleva por título DESDE EL PALOMAR DE HITA, libro en el que el autor ha hecho un
trabajo recopilatorio de los artículos que escribía en el periódico INDEPENDIENTE todos
los domingos y que encabezaba con el título DESDE EL PALOMAR DE HITA. Camilo José Cela,
con este libro de profunda y maestral prosa, ha tratado de acercarnos, como ha sido la
tónica en todo su quehacer literario, a las inquietudes y tensiones que se debaten en el
interior humano, una cadencia de reflexiones puestas en boca de la infinidad de personajes
que deambulan dando tumbos por el absurdo de la condición humana, que el autor nos
destapa sin remordimientos ni omisiones. Ante la frustración y el desasosiego, se
encuentra la paz y la bonanza en el PALOMAR DE HITA, en la soledad, en el ingrávido vuelo
de las leves palomas.
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HISTORIA DE HITA Y SU ARCIPRESTE. (Vida y muerte de una
villa mozárabe).
Manuel Criado de Val. Ed. Nacional. Madrid 1976.
En este libro se encuentra el relato más completo existente sobre la historia de Hita, y
por lo tanto recomendamos su lectura, ya que siempre se puede encontrar en alguna
Biblioteca
Pública.
Manuel Criado de Val destaca en la introducción la idea de Hita como vida
"mozárabe" y su decadencia coincidiendo con la llegada de los Reyes Católicos.
Empieza después el relato histórico desde la dominación romana hasta nuestro siglo.
Otro aspecto que trata el libro es el análisis del "Libro de Buen Amor" del
Arcipreste, buscando las claves y relacionándolo con la biografía de Don Gil de
Albornoz, Arzobispo de Toledo.
En una nota final, Criado de Val afirma que una de las últimas intenciones del libro es
la de proporcionar una conciencia histórica y justificar el difícil empeño de mantener,
de cara al futuro, a este pueblo de Hita.
Destacamos a continuación una serie de datos curiosos sobre la historia de Hita, sacados
de este libro:
Entre los años 614-657 hay dos monasterios en el término de Hita, en uno de los cuales
(Convento de San Cosme y San Damián) muere Santa Euteria. (Pág..22).
Con la liberación de Hita en 1085 por Alfonso VI, los caballeros mozárabes de Hita pasan
a ser parte importante de sus efectivos militares y participan en todas las campañas de
Alfonso VI y VII.
(Pág..43).
El rey Alfonso VII cede el Monte de Tejer en Hita a un alcaide, Martín Fernández, en
1187 por su labor guerrera. En 1464 era propiedad del Marqués de Santillana. Este lo
entrega a los vecinos de Hita que tienen posteriores litigios con los pueblos colindantes.
(Pág..61).
Pedro González de Mendoza ordena en su testamento en agradecimiento a los beneficios que
supuso para él la muerte de D.Iñigo López de Orozco, anterior señor de Hita, hacer una
capellanía perpetua en el castillo, para que se cantara una misa diaria y se mantuviera
encendida una lámpara "para siempre jamás"
con cargo al pecho de los judíos. Claro está que no hubo "siempre jamás", ni
para el castillo, ni para los judíos, ni para la lámpara. (Pág..82).
En Hita se dan procesos inquisitoriales. Se producen distintas denuncias en las que dos
mujeres van a la hoguera. (Pág..151).
Actualización para Internet:
Se ha realizado una segunda edición con nuevos datos. Se puede encontrar en Internet en: http://www.aache.com/scripta/hita.htm
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EN HITA HOY ES OTOÑO Y SE OYE EL MAR.
Julie Sopetrán. Colección Avena Loca. Patronato Municipal de Cultura del Ayuntamiento de
Guadalajara1990
La poetisa alcarreña, oriunda de Hita, Julie Sopetrán, ha sacado a la luz su último
libro que lleva por título EN HITA HOY ES OTOÑO Y SE OYE EL MAR. Componen el libro
sesenta poemas cortos de profundo lirismo y verso fluido, se respira un profundo
romanticismo con un halo de nostalgia y una tensa quietud que provoca el paisaje de esta
tierra Castellana, tierra árida y reseca a la que Julie ha querido acercarnos el arrullo
del mar para fundir en un mismo todo tierra y agua, buscando con ello un soplo de aire
fresco y renovador.
Incluimos ahora una de sus poesías.
No sé si te he contado que cuando subo al cerro
me bullen las palabras
cual si fueran colores,
se desatan gavillas encendidas
por la luz del paisaje y no sé adonde voy
con esta fuerza dada en la memoria
que llega al corazón
y se desborda en verso como soplo divino
caído sobre piel de violeta;
voz o néctar del alma,
prosodia de los dioses que se esconden
que gritan sus ardores y pronuncian sus cantos
en este cuerpecillo de poeta.