¿Sabes de dónde soy? Soy de Hita, tú eres de Hita,
¿qué podría hacer para que tú recordaras? Existen tantos símbolos que me
cuesta pensar que no recuerdes: la plaza, (sí, donde tu naciste) la picota, el
palenque, San Pedro, San Juan, la Iglesia, (tía, por favor, no me digas que no
la recuerdas,
todas las tardes ¿durante
cuánto tiempo? Había que subir
a hacer la visita, en tus últimos viajes a la iglesia casi rompes el picaporte, ya no te dabas
cuenta que las puertas necesitan una llave para poderlas abrir).
Acuérdate de San Blas, con el roscón. Las Flores, con la
Virgen de la Cuesta, (quién iba a vestir a la Virgen, si te creías que eras
imprescindible y ...) La Semana Santa, ya estabas liada, que si en una libreta
ibas poniendo quién tenía que estar ante el altar para orar al Santísimo; el
monumento, (esa era otra), los candelabros, sí, había que limpiarlos, comprar
las velas, sacar las sabanillas. La Endrina, con Don Manuel y Doña Isa. En
septiembre los toros, el baile y el guiso de la vaca.
Tantas y tantas cosas que te podría recordar, que sé que en alguna parte de
tu cerebro tienen que estar y que se han quedado como esa puerta de la iglesia (sin llave). Voy a
hablarte de la Fuente Vieja, el Arroyo Pequeño,
Camino Aledo, la Puerta Laguna, el Lagar. Acuérdate que lavabas, tendías, planchabas, barrías,
fregabas, cosías,
hacías las camas y hasta me cortabas el
pelo.
Recuerda: la novela de la radio, el rosario, la misa. Eras la primera en
bautizo, comunión, boda, velatorio y entierro.
Acuérdate, que te acompañaba a las casas de la Pura de los Juan Manueles, de la tía
Visi, de
María de Fernando, las Goyas, la Mari de la
Mercedes, la Juliani, los domingos bajabas donde la Aurora que estaba la Mari Carmen del cuartel.
Recuerda:
tu genio, tus cabezonadas, tu oído, tus escritos (los hemos guardado, quizá al gún día alguien los coja y se le
ocurra hacer un libro con ellos). Tú no te puedes dar cuenta, pero de lo
que más me tienes sorprendido es de que sabes leer, se te han olvidado tantas
cosas y todavía te escribo en un folio "soy Pepé" y sabes leerlo
pero no sabes quién soy.
¿De qué otra manera te podría yo decir de quién soy y de
dónde soy, si no me sirven ni las palabras ni los símbolos?
Dedicado a Florencia Blas
"El alzheimer, te va devorando
la
memoria, de manera que no solo acaba con tu futuro, sino