Hace algunos años se utilizó insistentemente un eslogan para instar a los
ciudadanos a hacer deportes con el lema «Contamos contigo», un mensaje que,
sin entrar en grandes discusiones parecía correcto. Se pretendía de esta forma
que los consumidores de servicios buscasen aprovechar su tiempo libre con la
práctica deportiva. Esto, en las ciudades estaba bien, pero en los núcleos
rurales era poco menos que una utopía, ya que difícilmente se podía practicar
deporte sin contar con las instalaciones adecuadas.
Las condiciones de vida han ido mejorando con los años y con ellas también
la cantidad y calidad de instalaciones aunque, como siempre, quien más tarde ha
recibido esos beneficios ha sido el vecino de los núcleos rurales, y en muchos
casos, como en Hita, ni siquiera se ha conseguido llegar a la cobertura mínima
de estas necesidades. Existen aún excesivos núcleos de población rural que no
cuentan ni tan siquiera con una pista polideportiva y, por supuesto, resulta
impensable de momento, que estos mismos núcleos dispongan de una instalación
cubierta para eludir los rigores del invierno.
Al parecer existe intención en las autoridades, sobre todo regionales, de
poner solución a este problema. Para ello, y en un plan que abarca los
próximos tres años, se va a realizar una inversión en instalaciones
deportivas en la región de muchos miles de millones de pesetas. Los principales
objetivos a cubrir en esta primera etapa son la construcción de instalaciones
básicas, comenzando por las piscinas públicas en todos aquellos lugares que no
dispongan todavía de ellas, para continuar con pistas polideportivas y, en
aquellos lugares donde puedan afrontar su mantenimiento, polideportivos
cubiertos.
Es en teoría una buena idea, que llega con toda seguridad muy tarde, y que,
para más "inri", va a comenzar por los núcleos rurales con mayor
número de vecinos, lease Atienza, Brihuega, Sigüenza y lugares de parecidas
características. Los menos favorecidos en cuanto a población, como podría ser
perfectamente Hita, van a recibir este tratamiento en una segunda fase, de la
cual no se tiene idea en cuanto a su comienzo.
Quizá a los habitantes de estos pueblos lo único que les queda es esperar
que esta siguiente fase sea lo más pronta posible y quitarse de la mente la
idea de que, mientras los votos se contabilicen en cantidad y no en calidad,
serán municipios de segundas fases eternamente.
José Luis Bravo