¿Qué tal amigos? Primero, aunque no sea muy original, os deseo unas
Navidades muy felices y lo mejor para el año 89.
Quiero agradecer, en nombre de todo el grupo de teatro, la ayuda que para
llevarlo a cabo hemos recibido de un número de colaboradores que han trabajado
este verano con nosotros, y sin el cual no nos habría sido posible
representarlo.
Me refiero a aquellos que han dedicado gran parte de su tiempo libre (algunos
todo) a cortar, soldar, pintar, etc, gran cantidad de tubos y tablas para poder
disponer de un estupendo escenario. A un par de jóvenes que buscaron y grabaron
la música y efectos especiales para acompañar las obras. A otro que se
encargó de facilitarnos un buen sonido, aunque el segundo día y debido
al viento nos fallase algo. A unas voluntarias que nos facilitaron y
confeccionaron flores artificiales para el decorado y trabajaron para peinar y
maquillar a un gran grupo de niños de ojos redondos hasta convertirlos en
auténticos chinos.
Parecen muchos ¿verdad? Desafortunadamente no ha sido así, por lo que su
trabajo tiene mucho más mérito. Han sido muy pocos pero han realizado un gran
trabajo que podía haber sido menos agotador de haber contado con más ayuda.
Los últimos días todos (incluidos los actores, que pintaron sus propios
decorados) pasamos momentos de grandes nervios, malhumores y, a veces, enfados.
Estábamos cansados y un poco desmoralizados porque el tiempo se nos echaba
encima y quedaban muchas cosa por hacer. Afortunadamente, cuando todo acaba, nos
sentimos muy satisfechos de haber participado y se olvidan los malos ratos
aunque, como ocurrió este año, el tiempo nos juegue una mala pasada y desluzca
el trabajo de los más pequeños. A ellos desde aquí quiero decirles que, para
que todos veáis lo que se han esforzado, repetiremos las obras probablemente
este verano.
A los demás, a los que tenéis tiempo libre, os solicito vuestra
colaboración para que esos malos ratos, a los que antes me refería, sean
menos.
Por último, en nombre de la Asociación, agradezco a D. Manuel Criado de Val
y esposa que tuviesen la amabilidad de prestarnos los trajes para la
representación de La Fierecilla Domada. Mil gracias.
Mary