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nº 15 Diciembre 1996

 

Cartas abiertas dirigidas a Dª Cristina Hernaiz, autora del artículo “El Toro Alanceado de Hita” publicado en el número de agosto de la revista PRIMERA LÍNEA

A Dª Cristina Hernaiz
Que mal, que mal Dª Cristina. ¿Pero cómo se ha atrevido a calificar de salvaje, garrulo, enloquecido, entre otras lindezas, a todo un pueblo sin haber puesto un pie en él, sin haber contrastado un mínimo la noticia que su ética profesional le exige?
Y es que en su artículo escribe -no ya en letra pequeña, sino también en un recuadro de 13.2 x 7.5 cm. con letra amarilla ¿le suena?- la siguiente afirmación: «El "toro alanceao" de Hita consiste en que todo el pueblo participa con lanzas en la muerte del animal cuyos testículos se cortan finalmente como trofeo».
Mire usted: este recuadro la descalifica tanto -no ya como profesional, sino como persona mínimamente educada- que su valentía -la nuestra ya sabemos por usted que consiste en cortar testículos- la debería animar a acercarse a este pueblo y comprobaría que lo que usted publica sobre nosotros, sobre Hita -los demás pueblos sabrán defenderse, ignorarla o asumir sus actos- es ABSOLUTAMENTE MENTIRA.
De paso, también podrá comprobar que en este pueblo tan garrulo, con menos de 300 censados, se publica esta carta que ahora tiene en sus manos, que si sintoniza el 107.9 en FM usted pude escuchar una buena radio los sábados por la tarde, que de vez en cuando hemos puesto en marcha Telehita, eso sí, con menos audiencia que la de su patrón. Se enteraría también del encuentro poético que cada mes de mayo celebramos, se enteraría de que la mayoría de los jóvenes pertenecen a una Asociación Cultural que participa o ha participado en obras de teatro que se representan aquí, que colaboran a tope en otro acto cultural como es el Festival Medieval, que organizan las Fiestas en las que también hay toros, que también se valoran los gestos, apareciendo Hita en los medios de comunicación de ámbito nacional por un acto de solidaridad.
Son sólo unas cuantas muestras de lo que un pueblo con unos 260 censados y algunos más sin censar es capaz de hacer.
A su periodismo de investigación seguramente le interese comprobar como un pueblo, sin apenas medios personales y materiales, trata de hacer cultura y no salvajismo que usted gratuita e inquisitorialmente con la afirmación más falsa nos adjudica.
Aprenderá también que en los pueblos cada quisque -quisqui dice usted- ya hemos aprendido a leer y escribir al menos tan bien como usted y además sin mentir. A los graciosos, el filón de los paletos se les ha acabado hace años y usted no se ha enterado.
Venga, venga por aquí y después si quiere "vuelva a por uvas". Esto sí es de pueblo, tampoco presumimos de ser perfectos.
El pan hay que ganárselo con el trabajo bien hecho; el suyo, al menos, consiste en no difamar.
Cordialmente
Gerardo Gil.

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Carta a Cristina Hernaiz
Cristina: Después de leer el valiente artículo en el que denuncia las barbaridades que se cometen en Hita con el toro del encierro, me decido a escribirle para rogarle que también denuncie a nivel nacional, si es posible sería mejor a nivel internacional, sobre las vejaciones a que todavía nos vemos sometidas las mujeres de este Pueblo.
¡Pásmese!, en pleno siglo XX, en los umbrales del siglo XXI, el señor de estas tierras sigue ejerciendo sobre nosotras el derecho de pernada.
Usted, que tan sensible parece, supongo que no tendrá ningún problema para, igual que lo hace con los animales (sensibilidad que yo comparto), erigirse en la defensora de estas pobres garrulas para que se termine con esta "tradición".
En otras circunstancias no firmaría esta carta por miedo a que me aten a la Picota y me corten las orejas (ya que no tengo testículos), pero confío en usted para que lo evite.
Eternamente agradecida.
María Moraleda.


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